Cambio Climático y Granjas Industriales: La conexión no contada
Sistemas alimentarios
Los efectos destructivos del cambio climático amenazan tanto a nuestro planeta como a los animales con los que lo compartimos. Sin embargo, uno de los contribuyentes más significativos al calentamiento global—el sector de la ganadería industrial—es con frecuencia ignorado.
El vínculo crítico entre el cambio climático y la protección animal
El modelo de negocio intensivo y hambriento de recursos de las granjas industriales está causando estragos en nuestro medio ambiente. No solo acelera el cambio climático, sino que también inflige un sufrimiento incalculable a miles de millones de animales. El comercio global de cultivos destinados a alimentar a los animales en las granjas industriales es uno de los principales impulsores de la deforestación, la degradación de tierras y la pérdida de biodiversidad.
Según el IPCC, las emisiones del sistema alimentario—especialmente aquellas vinculadas a la producción de carne—son suficientes para sobrepasar el límite crítico de 1.5°C de calentamiento establecido en el Acuerdo de París, incluso si todas las emisiones de combustibles fósiles fueran eliminadas mañana mismo. Esta crisis urgente requiere una transformación en la manera en que producimos y consumimos alimentos, con énfasis en prácticas humanas y sostenibles.
El papel de las granjas industriales en el cambio climático
Las granjas industriales son una de las principales responsables del cambio climático. La escala de la ganadería industrial—donde los animales son confinados en condiciones crueles y hacinadas—conlleva un enorme costo ambiental.
La dependencia de esta industria de cultivos destinados a alimentar al ganado resulta en una deforestación masiva, especialmente en regiones críticas como el Amazonas. Estas prácticas no solo liberan grandes cantidades de carbono a la atmósfera, sino que también destruyen hábitats vitales para la fauna y amenazan la biodiversidad. Al mismo tiempo, las granjas industriales son responsables del sufrimiento de miles de millones de animales que viven vidas cortas y dolorosas.
Los gobiernos y los líderes de la industria ya no pueden ignorar los vínculos entre la agricultura industrial y el cambio climático. Es hora de abordar este problema de frente, y de priorizar soluciones que protejan tanto a nuestro planeta como a sus habitantes.
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La principal causa de la deforestación es la producción animal intensiva. Esta es una verdad incómoda que muchos pretenden ignorar. Es urgente que gobiernos y consumidores tomen acción para cambiar esta realidad.
Conoce la diferencia entre estos dos términos, su alcance destructivo, como afecta a los animales y qué podemos hacer desde nuestro lugar para detenerlo.
World Animal Protection en la COP: Abogando por una Transición Justa
En World Animal Protection hemos estado trabajando para crear conciencia e impulsar cambios en los niveles más altos. Hemos asistido a cada COP desde la COP26, promoviendo una acción climática que considere el bienestar animal y la necesidad de transitar hacia sistemas alimentarios sostenibles y humanitarios.
El sistema alimentario global actual, dominado por la producción industrial de carne, es insostenible. Es momento de que los gobiernos nacionales, especialmente en países con altos niveles de consumo de carne, establezcan Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs, por sus siglas en inglés) más fuertes que aborden la urgente necesidad de transformar los sistemas alimentarios. Esta transformación no solo debe mitigar el cambio climático, sino también proteger la seguridad alimentaria, salvaguardar la biodiversidad y mejorar el bienestar animal.
Nuestro objetivo es claro: los gobiernos deben adoptar políticas que limiten la expansión de la ganadería industrial y se comprometan a una moratoria de diez años para este sector. Esto permitirá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, proteger los hábitats de vida silvestre y disminuir el sufrimiento de miles de millones de animales cada año.
Se necesita una "Transición Justa": una que abandone la agricultura animal industrial e invierta en alternativas sostenibles y humanitarias, como los sistemas agroecológicos. Redirigiendo los subsidios y aumentando el apoyo financiero para estos sistemas, podemos crear un futuro donde la producción de alimentos sea equitativa, sostenible y libre de crueldad.