Nuevo informe revela que JBS compró granos de áreas deforestadas en Brasil
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Investigación comisionada por World Animal Protection a Repórter Brasil revela que los granos comprados para producir alimentos para animales de granja por la procesadora de carne más grande del mundo provienen de zonas recientemente deforestadas
Agricultores que expandieron la siembra de soja en áreas recientemente deforestadas en la Amazonía y el Cerrado vendieron soja a los proveedores de granos de JBS. Así lo determinó una investigación de campo realizada en julio en el centro y norte del estado de Mato Grosso (Medio Oeste de Brasil), por Repórter Brasil, una organización no gubernamental galardonada de periodismo de investigación.
La investigación detallada en el reporte "Forest turned into animal feed", y comisionada por World Animal Protection, rastreó la soja desde los agricultores hasta los proveedores de granos como Bunge y Amaggi, y desde estos hasta las instalaciones de JBS, donde se utilizó para producir alimentos para animales.
El material de la investigación también reúne evidencia de trabajadores que forman parte de la cadena de suministro, imágenes satelitales y documentos legales públicos que indican prácticas ilegales en las fincas de soja que abastecen a JBS.
Lee el reporte completo, disponible en inglés y portugués.
Los hallazgos de la investigación
Los principales hallazgos del informe incluyen una finca (“Fazenda Dona Josefa”) que deforestó 98,7 hectáreas más de lo permitido. Aun así, Bunge y Amaggi (ambos proveedores de soja de JBS) recibieron soja de la finca en 2019.
La finca, que continuó produciendo grano en 2020 y 2021, está ubicada en la región del Cerrado, la sabana con mayor biodiversidad en el mundo, pero también los más afectados por la deforestación de granos.
Otros hallazgos incluyen una finca en el Amazonas (“Fazenda União”), que está legalizada para la producción de soja y vende granos a los proveedores de JBS. La “Hacienda União” tiene un área vecina denominada “Hacienda União II” que tenía áreas de plantaciones de soja, según se detectó por imágenes de satélite, aunque no están autorizadas para tener producción agrícola.
Repórter Brasil tuvo acceso a documentos que vinculan al propietario de las dos haciendas con Bunge y con Amaggi, señalando a “Fazenda União” como el único establecimiento de origen de toda la soja adquirida. Esta situación levanta sospechas de “lavado de granos”.
José Ciocca, Gerente de Campañas de Animales de Producción de World Animal Protection, dice: “Hoy, aproximadamente dos tercios de la soja producida en Brasil se destina a la alimentación de animales, principalmente aves y cerdos. Esto es insostenible. Existe un enorme potencial para usar esta tierra de manera más eficiente y sostenible, así como para producir alimentos para las personas”.
El informe también incluye estudios sobre el maíz, otro grano ampliamente utilizado para producir alimentos para animales de granja y que está completamente al margen de cualquier tipo de acuerdo de sostenibilidad. El documento informa que los productores de maíz que venden directamente a JBS también producen en fincas irregulares, incluidas las embargadas por el gobierno brasileño.
"Lavado de granos"
El “lavado de granos” es cuando un productor rural utiliza fincas legalizadas para comercializar granos que en realidad fueron producidos en fincas prohibidas por el gobierno para prácticas como la deforestación.
Esta práctica daña a millones de animales silvestres, amenaza algunos de los ecosistemas más icónicos del mundo y contribuye al cambio climático.
Todo ello para alimentar a los animales que son explotados por las granjas industriales y suplir la creciente demanda de carne barata.
El rol de JBS
A pesar de los compromisos públicos de JBS y sus proveedores de granos, estas empresas aún están vinculadas a agricultores sospechosos de realizar deforestaciones recientes. La defensa de JBS es que, al momento de la compra, las fincas cumplían con los requisitos socioambientales para la adquisición de materias primas.
Los vacíos en la vigilancia y la falta de transparencia en los datos favorecen la comercialización de granos sembrados en áreas de reciente deforestación. Afirman que la soja o el maíz de estas áreas pueden ser vendidos por terceros, que a veces es otra finca del mismo propietario, lo que dificulta rastrear el origen de los bienes.
En estas negociaciones, JBS no es transparente, ni actúa para evitar que ocurra el "lavado de granos". La empresa ni siquiera asume su responsabilidad como uno de los principales actores del mercado de granos.
En cambio, JBS actualmente actúa tarde para suspender las relaciones comerciales con los proveedores que no cumplen con sus políticas. Después de todo, las áreas de deforestación reciente que continúan dando paso a la siembra de granos es una fuerte evidencia de que los controles de la industria no son suficientes para excluir esta práctica de sus cadenas productivas.
Tenemos que acabar con las granjas industriales
World Animal Protection está pidiendo que no se construyan nuevos proyectos de producción intensiva, conocidos como granjas industriales. Es decir, que se imponga una moratoria sobre estos sistemas.
Esta moratoria es para luchar contra la causa fundamental de la deforestación y proteger a miles de millones de animales silvestres que sufren la degradación de sus hábitats.
Jacqueline Mills, Gerente global de campañas de animales de producción de World Animal Protection dice: "Necesitamos evitar que se construyan nuevas granjas industriales. La industria alimentaria debe adoptar un futuro humano y sostenible. Necesitamos animales con vidas que valgan la pena vivir en sistemas con altos niveles de bienestar. Para que esto suceda, debe haber una reducción en el consumo de proteína animal, especialmente en países con una mayor demanda de carne. Y uno de los caminos es la adopción de una dieta basada principalmente en plantas”.
José Ciocca, Gerente de Campañas de Animales de Producción de World Animal Protection, agrega: “La sustentabilidad implica menos y mejor producción de proteína animal. Es decir, además de reducir el consumo, es fundamental que las personas opten por carne producida en sistemas donde los animales se crían libres de jaulas, con acceso a la luz natural, con un crecimiento compatible con la biología de la especie y con acceso al enriquecimiento ambiental, es decir, sistemas en los que los animales son respetados como individuos y que son alimentados con subproductos de granos cultivados para el consumo humano”.
Creemos que es responsabilidad de las granjas industriales rastrear el origen del alimento animal adquirido y no contribuir a la destrucción de los hábitats. También deberían limitar la producción a un número menor de animales, en entornos con altos niveles de bienestar, con alimentación animal sostenible y de origen local.
La investigación levanta sospechas de un caso típico de “lavado de granos, que es cuando un productor utiliza fincas legales para enmascarar la producción de fincas embargadas por el gobierno por prácticas como la deforestación.