La solución al cambio climático está en tu plato, en serio

Aunque a priori puede que no encuentres la relación, la producción intensiva de productos animales para el consumo humano es uno de los principales responsables del cambio climático y el calentamiento global. Diversos estudios muestran que reducir el consumo de carne y optar por alimentos de origen vegetal no solo es saludable, sino también una de las formas más efectivas y accesibles de combatir el cambio climático.

Según el informe “El Cambio Climático y la Crueldad” de World Animal Protection, los gases de efecto invernadero (GEI) que emite la industria ganadera consume casi la mitad de lo permitido en el Acuerdo de París para limitar el calentamiento global. En este contexto, las soluciones para mitigar el cambio climático nos involucran. Y empiezan en nuestro plato.

Consejos prácticos para reducir el consumo de productos animales (y cuidar tu presupuesto)

Adoptar un cambio en nuestra dieta no tiene que ser complicado o costoso. Aquí te damos algunos consejos prácticos para hacer una transición accesible y beneficiosa para ti y el planeta:

1. Planifica tus comidas:

Una buena planificación no solo reduce el desperdicio de alimentos, sino que también permite que te ajustes a un presupuesto. Compra frutas y verduras de estación y aprende cómo conservarlos frescos durante más tiempo.

2. Comienza de a poco: 

Si tienes el hábito de comer carne o derivados animales, es posible que la transición hacia una alimentación basada en plantas te abrume al comienzo. Prueba hacer cambios progresivos: primero elimina la carne de tu menú un día de la semana y ve aumentando poco a poco la frecuencia.

3. Explora el mundo vegetal en cada visita: 

Asume la visita al mercado o a restaurantes como una oportunidad para explorar la variedad y sabor de los alimentos de origen vegetal. Esto hará que tu cambio de dieta sea más divertido y enriquecedor.
Infórmate: Aprende sobre las ventajas y beneficios de una dieta a base de plantas y no creas todo lo que oigas acerca de los posibles peligros para tu salud.

4. Experimenta con nuevos ingredientes: 

Incorporar más verduras, legumbres y granos, sustitutos vegetales y proteínas alternativas a tu dieta no solo te aportará una variedad de nutrientes, sino que descubrir ingredientes distintos puede ser una experiencia sorprendente. En lugar de ver el cambio como una restricción, intenta verlo como una oportunidad para explorar nuevas recetas y sabores.

En América Latina, donde muchas familias enfrentan desafíos económicos, esta planificación puede ayudar a optimizar recursos, ahorrar dinero y contribuir a una alimentación más saludable y consciente.

Gobiernos y empresas: el rol fundamental para cambiar el sistema alimentario

No solo los individuos tenemos el poder de hacer cambios. Los gobiernos y las empresas juegan un papel esencial en la transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles. World Animal Protection ha revelado que bancos de desarrollo han financiado la expansión de granjas industriales, como la línea de crédito de $30 millones de dólares otorgados en México para operaciones porcinas. 

Para lograr un cambio significativo se necesita voluntad política y el compromiso de establecer directrices que incentiven la producción de alimentos con un menor impacto ambiental. Esto incluye desde regulaciones más estrictas para el uso de antibióticos hasta el financiamiento de proyectos de agricultura regenerativa o plant-based, que se enfoquen en sistemas alimentarios saludables y sostenibles.

Por suerte, no todas son malas noticias. El activismo de la sociedad y de organizaciones como la nuestra están logrando cambios importantes, tanto en la mentalidad de los consumidores como en las decisiones empresariales y en las políticas gubernamentales.

El cambio climático es un problema urgente, pero algunas de las soluciones son accesibles y empiezan en nuestros platos. Reducir el consumo de productos animales no solo es beneficioso para nuestra salud y nuestro bolsillo, sino también para el planeta. Con el apoyo de los consumidores, gobiernos y empresas, podemos avanzar hacia un futuro sostenible donde la producción de alimentos sea respetuosa con los animales y con el medio ambiente.

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