Trágicamente, Kiska murió en marzo de 2023 a causa de una infección bacteriana. Fue la última orca cautiva en Canadá. Esta es su historia.
Hasta su muerte, Kiska, una orca de 46 años que vivía en MarineLand, un parque de diversiones marino en las Cataratas del Niágara, Canadá, era conocida como la “orca más solitaria del mundo”. Recibió atención mundial después de que un video de ella golpeándose la cabeza contra su tanque se volviera viral en 2021, renovando la protesta pública y los pedidos de liberación de Kiska.
Capturada inicialmente frente a la costa de Islandia en 1979 cuando tenía aproximadamente tres años, finalmente fue transferida a MarineLand.
Mira las últimas imágenes de Kiska tomadas hace un mes desde un dron:
Kiska y otros animales sufrieron por la avaricia de las empresas
Durante décadas hubo preocupación por el bienestar de Kiska. Esto se amplificó en 2011 en una batalla por la custodia entre SeaWorld y MarineLand sobre otra orca llamada Ikaika. A principios de la década de 2000, MarineLand había estado buscando una pareja masculina para Kiska y se acercó a SeaWorld. SeaWorld acordó dar a Ikaika, que entonces tenía cuatro años, a MarineLand a cambio de tres ballenas beluga. Ikaika voló a Canadá para vivir con Kiska y otra orca hembra, Nootka.
Lamentablemente, Ikaika ya había comenzado a desarrollar varios problemas de comportamiento y salud comunes en las orcas en cautiverio. Se volvió agresivo, atacando y mordiendo a Kiska, y tenía problemas dentales que requerían antibióticos y analgésicos diarios. A medida que la condición y el comportamiento de Ikaika empeoraron, SeaWorld solicitó su regreso en 2009, alegando que podría cuidar mejor de Ikaika. MarineLand no estuvo de acuerdo y la disputa llegó a los tribunales. En 2011, SeaWorld ganó el caso e Ikaika fue trasladada en avión de regreso a California.
Kiska se convierte en la orca más solitaria del mundo
Durante este tiempo, Nutka falleció trágicamente, dejando a Kiska como "la orca más solitaria del mundo".
A lo largo de su vida en cautiverio, Kiska dio a luz a cinco crías que lamentablemente murieron a edades tempranas. A menudo se la veía mostrando estereotipos: comportamientos anormales y repetitivos que pueden resultar del aburrimiento, el estrés y la falta de estimulación en cautiverio. Además de golpearse la cabeza contra el tanque, Kiska a menudo nadaba en círculos o simplemente flotaba sin vida.
En 2019, Canadá prohibió la cría o el cautiverio de ballenas, delfines y marsopas. Pero los que ya vivían en cautiverio, como Kiska, se vieron obligados a quedarse. La trágica vida de soledad y aislamiento de Kiska mostró cuán cruel es la industria de los cetáceos en cautiverio. Las orcas son animales muy sociales que sufren tremendamente viviendo en aislamiento y sin la capacidad de nadar grandes distancias y profundidades como lo harían en la naturaleza.
Si bien Kiska no pudo ser liberada del cautiverio, hay alguna esperanza para otros delfines y ballenas en su posición. El Whale Sanctuary Project (WSP) está construyendo el primer santuario de ballenas del mundo en Nueva Escocia, Canadá. Las personas activistas por los animales están pidiendo a MarineLand que libere algunas de las belugas del lugar en este santuario cuando abra.
En World Animal Protection, estamos trabajando para acabar con el cautiverio de delfines (¡no olvides que las orcas son la especie de delfín más grande!). Los delfines pertenecen a la naturaleza, no a ambientes cautivos donde son explotados, abusados e incapaces de vivir una vida natural.
Abogamos por que los delfinesy ballenas cautivas sean liberados en santuarios junto al mar, donde puedan vivir el resto de sus vidas en un entorno lo más natural posible. A través de la educación pública, el compromiso corporativo y el desarrollo de alternativas responsables, estamos trabajando por un mundo donde los delfines y otros animales silvestres vivan libres de sufrimiento.
Cómo puedes ayudar a los animales silvestres
¿Quiere ayudar a terminar con la industria del entretenimiento de vida silvestre en cautiverio?
Grandes agencias de viajes siguen vendiendo entradas a crueles atracciones con animales silvestres cautivos. Ve al Instagram de esas empresas y exigeles que dejen de lucrar con el sufrimiento de los animales cautivos:
Lee más de nuestro reporte que revela como estás empresas contribuyen a la crueldad animal.
Los delfines y ballenas pertenecen a la naturaleza, no a ambientes de cautiverio donde son explotados, abusados e incapaces de vivir una vida natural.